La influencia es una de las habilidades más necesarias dentro de las organizaciones (Empresas, Compañías, Iglesias, Escuelas, etc) especialmente si tratamos con personas más experimentadas.
Empatía: Término procedente del alemán, entendido como la sensación de pertenecer a algo haciéndolo sentir en nosotros mismos. Se aplica a la identificación con la empresa y el puesto de trabajo, buscando la motivación.
Es la capacidad de identificar y entender los deseos de los demás, y responder (reaccionar) en forma apropiada para canalizarlos en pro del interés común.
Capacidad de motivar, de ayudar a las personas a liberar su talento. Las personas con estas características son excelentes vendedores y gerentes. Es darme cuenta de lo que sienten los demás, sin necesidad de que me lo digan.
La empatía implica hacerse las siguientes preguntas:
¿Qué es importante para ellos?
¿Qué es lo que ellos valoran?
¿Cuáles son sus objetivos?
¿Cómo les gustaría que me comunicara con ellos? ¿Cara a cara, por escrito…?
¿Cuál es su mejor momento del día?
¿Cómo les gustaría que me comunicara con ellos? ¿Cara a cara, por escrito…?
¿Cuál es su mejor momento del día?
Pero, ¿cómo ejercer una mayor influencia sobre nuestros colaboradores
Siendo nosotros quienes aportemos las soluciones, no esperar a que las aporte la otra persona.
Respetando el tiempo de la otra persona.
Enfatizando los beneficios para ambas partes.
Haciendo nuestras propuestas destacando las necesidades de la otra persona.
Dando un feedback positivo. Practicar la escucha activa.
Respetando el tiempo de la otra persona.
Enfatizando los beneficios para ambas partes.
Haciendo nuestras propuestas destacando las necesidades de la otra persona.
Dando un feedback positivo. Practicar la escucha activa.
Y, ¿cómo persuadir a los demás para ayudarlos?
Siguiendo esta estructura;
Preguntándonos primero qué es lo que está pasando, ¿cómo son las cosas que se están haciendo?
Preguntándonos cuál es el problema que entrañan estas acciones. Describir qué es lo que va mal. Remarcarle la importancia de estas acciones a la otra persona. Preguntándole cuál es para él el problema.
Planteando cuáles son las diferentes opciones para solucionar el problema. Presentando ventajas y desventajas.
Eligiendo una de las opciones.
Preguntándonos cuál es el problema que entrañan estas acciones. Describir qué es lo que va mal. Remarcarle la importancia de estas acciones a la otra persona. Preguntándole cuál es para él el problema.
Planteando cuáles son las diferentes opciones para solucionar el problema. Presentando ventajas y desventajas.
Eligiendo una de las opciones.
El liderazgo en la empresa o cualquier equipo de trabajo no es algo que dependa en exclusiva de la capacitación técnica de quien dirige un equipo. Hoy resulta evidente que sin confianza la motivación de los trabajadores disminuya y esto afecta a la cuenta de resultados de la empresa. Pero para generar confianza no sirven las estrategias empresariales: es necesario que el directivo posea unas cualidades morales que hagan creíble su liderazgo y faciliten la comunicación.
El descanso, la familia, la comunicación, las relaciones informales dentro de un equipo y muchas cuestiones aparentemente triviales terminan siendo decisivos en un liderazgo eficaz.
Fuente: Gestiopolis
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